Wednesday, January 05, 2005

NOCHES DE CUNA Y LUNA

I

Noche que llegas y me abrazas,
noche que conoces mis desvelos,
mis tormentas, mis soledades,
mis lágrimas y mis anhelos.

Noche que me cubres,
cómplice con tus besos
y con algún rayo de luna
que viene a alumbrar
mis ojos negros.

Noche,
mágica compañera
que guardas mis más íntimos secretos,
no te olvides de este alma
que vaga sin rumbo cierto.
De este corazón a tientas,
de estos simples sentimientos,
de esta sonrisa profunda,
de esta confusión sin arreglo.

Noche eterna,
mágica, misteriosa,
enséñame parte de tus secretos.
Muéstrame como poder continuar mi vida
sin el amor que ya no tengo,
como poder consolarme
en este ingrato desierto,
como poder tocarlo,
mirarlo y besarlo,
si se diluye en el silencio.

Noche,
como siempre estoy aquí,
y justo al morir el día,
es cuando yo te espero a ti.
II

Sé que hay noches sin luna,
sé que hay días sin sol,
sé que no hay mayor locura
que este amor sin tu ternura.

Dicen que el tiempo todo lo cura
pero yo creo que no,
y si no que alguien me explique
por qué escribo este poema.

Soy una cuna vacía,
mi niña ya se me fue.
Ahora aprende a andar con otro
olvidando el ayer.

Hay días en los que el sol
deja una nota en el cielo
y se marcha con su fuego.

Hay noches en que la luna
se mira en su espejo de sal,
y llorando el cielo nubla
cuando decide marchar.

Sé que hay noches sin luna
y también días sin sol.
Sé que allí en el horizonte
quedan juntos ellos dos...

Sé que hay noches sin luna,
sé que hay días sin sol
y sé que no hay mayor tortura,
que este amor sin tu ternura.

Niña vuelve a la cuna,
que quiero ver al sol
besando a la luna,
en su eclipse de amor...

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